Ante la crisis que se avecina

Pongamos en pie un Movimiento de Mujeres Imparable por nuestros derechos.

La crisis desatada entre los 2 bandos patronales por la renta extraordinaria del campo, demostró nuevamente el “doble discurso” del matrimonio K. “El Siglo de las mujeres” decía Cristina en la campaña electoral, pero en su gestión hizo todo lo contrario; y para darle mayor claridad, recientemente mostró su verdadera “distribución de la riqueza” pagando la fraudulenta deuda al Club de Paris diciendo que nos “desendeudábamos” y ahora vuelven a maniobrar con el pago de los famosos “fondos buitres”. Justo ahora, cuando los bancos están quebrando y con semejante inestabilidad de las bolsas de todo el mundo.

Ni hablar de las mujeres de la “oposición” que apoyan a la patronal agraria que embolsó enormes ganancias y que ahora va en busca de una mayor rentabilidad; mientras, se agrava la situación de la Clase Trabajadora, la inflación se come los salarios y en toda esta tormenta, nos encontramos nosotras, las mujeres, que una vez más somos las que cargamos con la responsabilidad de sostener el hogar con ingresos que no cubren la canasta familiar.

Mientras Cristina honra las deudas ilegitimas, en nuestro país son cada vez más las mujeres y niñas que mueren a causa de abortos clandestinos y aumenta cada vez más el número de mujeres que mueren por complicaciones en el parto, en mayor proporción en el norte de nuestro país; esto deja evidenciado que los embarazos no deseados están íntimamente ligados a la baja escolaridad de las madres y las carencias económicas.

No solo eso, sino que también se suspendió la entrega de anticonceptivos y la educación sexual en las escuelas esta basada en contenidos impuestos por la Iglesia Católica, que sostiene el rechazo al uso de todo método anticonceptivo, a la interrupción de embarazos no deseados, a las campañas contra el HIV-SIDA, a la homosexualidad, al lesbianismo y al ejercicio de la sexualidad sin fines procreativos. Así, toma protagonismo en las políticas de Estado, la Culpa.

Todo el arco político gobernante, la oposición y la reaccionaria Iglesia Católica son promotores de la clandestinidad del aborto que mata fundamentalmente a las mujeres trabajadoras y pobres. Nada mas ilustrativo que la ministra de salud Graciela Ocaña calificando al aborto como tema de “política criminal” y la presidenta manifestándose en contra de promulgar este derecho, luego de tantos anuncios de destinar mayor financiamiento e importancia política a la Salud y la Educación. Mientras, toda la estructura del Sistema de Salud termina siendo desbordada y cayéndose a pedazos.

Entre mujeres y niñas representamos el 70 % de los pobres en el mundo, trabajamos con la mano de obra mas barata, representamos el más alto índice de analfabetismo y cargamos sobre nuestras espaldas la doble jornada que significa el trabajo domestico no remunerado. Relacionado a estas condiciones de explotación somos las principales victimas de acoso sexual y moral en los lugares de trabajo, somos victimas de golpes, abusos, asesinatos y secuestros a manos de las redes de Trata y Prostitución, y recibimos la cárcel como respuesta a la falta de contención y ausencia de aborto legal y gratuito como es el caso de Romina Tejerina para quien exigimos su libertad. Esta situación opresiva que pesa sobre las mujeres se ejerce a través de la Iglesia, los medios de comunicación, el Estado y la Educación.

Pan y Rosas es una agrupación de mujeres impulsada por el PTS junto a trabajadoras, estudiantes, docentes, activistas y amas de casa de todo el país. Lleva adelante la lucha por los derechos democráticos de las mujeres, los derechos de las mujeres trabajadoras, contra toda forma de opresión, junto al combate contra la ideología dominante que pretende mantenernos en la sumisión bajo argumentos pretendidamente racionales. Pero también desde el marxismo, abrimos la reflexión y el debate sobre otras visiones acerca de la opresión de las mujeres, que proponen utópicamente su liberación en los estrechos marcos de este sistema que se mantiene con la explotación de millones de seres humanos. Creemos imprescindible que las mujeres nos organicemos y luchemos por nuestros derechos en forma independiente del Estado, de las distintas variantes patronales y de la Cúpula Eclesiástica.

Lo hacemos con la convicción de que en su lucha contra la explotación, no habrá mejores aliados para la clase obrera que todos aquellos sectores de la sociedad cuyos objetivos y necesidades no pueden ser satisfechos por este sistema en descomposición: el campesinado, las clases medias empobrecidas, el movimiento estudiantil, la juventud rebelde y explotada y las mujeres que quieran liberarse de las cadenas que hoy la oprimen doblemente.