Dos chicas francesas que estan cursando unas materias de intercambio en la Facultad de Filosofía y Letras que participaron de actividades realizadas por la Agrupación nos hicieron llegar este escrito que es parte de su perspectiva sobre la situación de las mujeres en Argentina.
Un crucero por el Atlántico
Hace dos meses que vivimos en San Miguel de Tucumán. Venimos para estudiar, pero también para entender los conflictos sociales de la sociedad argentina. Y no pensábamos que la situación de las mujeres en el país era tan arcaica. Estábamos muy lejos de imaginarnos que un día en nuestra vida, en el siglo XXI, podríamos luchar para la legalización del aborto…
Ahora, nos damos cuenta que considerar Argentina como un país “desarrollado” es hacer un atajo demagógico. Nos damos cuenta que el discurso político argentino sobre la situación actual de Argentina es una sarta de embustes, para hacer creer al mundo que es un buen alumno del sistema capitalista. La verdad es que Argentina es desarrollada, pero solamente para los dominantes. Pero por la mayor parte de la población, la vida cotidiana parece a una vida de los países del Tercer Mundo… Parece muy difícil aprovechar de los derechos Humanos básicos sin plata. En particular, los derechos femeninos parecen aun más concernidos por este fenómeno. Las mujeres argentinas y francesas obtuvieron el derecho al voto durante el mismo periodo histórico –después de la Segunda Guerra Mundial. Las mujeres argentinas iban por buen camino, pero la Iglesia Católica y otros reaccionarios de todos tipos, fueron más poderosos que ellas, y lograron bloquear el proceso de emancipación femenina. Del otro lado del Atlántico, las francesas consiguieron la legalización del aborto en 1975. ¡Hace 33 años… la edad de Jesús cuando murió. Entonces, hoy es el año para volver a matar el Jesús pro-vida!
En los años setenta, en Francia, existió una voluntad de feminización de la política, con la creación de nuevos ministerios de la condición femenina y con mujeres en cargo de ministerios claves como el de la salud y de la educación, quedando sin embargo sectores muy “femeninos”. Podríamos pensar que la situación politica argentina actual esta aún mejor que la de Francia hace treinta años, no solo con las distintas ministras al gobierno sino con la presidencia encargada por una mujer. Entonces, porque no pasa nada? La única explicación que tenemos cuando comparamos las dos situaciones seria el papel de la Iglesia católica en la sociedad, en los medios dominantes, y su influencia sobre los procesos de decisión política.
Además, lo que nos sorprende mucho es la ignorancia, o, más bien, la indiferencia que permanece en la opinión pública sobre el tema del aborto. Los medios no cumplen su rol de revelador de las realidades de la sociedad, eligiendo callar algunas verdades como las de los estragos del aborto clandestino. Por mucho que el movimiento femenino exista, que se reúne masivamente cada año, si los medios no comunican sobre sus objetos de lucha, el trabajo de sensibilización quedara difícil.
La situación argentina es tan compleja y paradójica, que sale a lo raro de una falocracia dirigida por una mujer! Así que, obviamente, no es esperando que los poderosos lo decidan que van a cambiar las cosas sino con un activismo femenino cada vez más amplio de las mujeres unidas. Para terminar, queremos precisar que, si el aborto es legalizado en Francia desde 1975, el reino del machismo está lejos de estar quebrado completamente. Los movimientos feministas siguen luchando por una real paridad en la vida cotidiana, y contra la demagogia actual que existe sobre este tema. Hoy en día, Francia sufre de una ola reaccionaria tanto en sus políticas como en la sociedad en general. Nacen distintos movimientos pro-vida que tratan de contestar los derechos ya reconocidos de las mujeres.
Si las situaciones argentina y francesa parecen alejadas, todo-a-s tenemos que seguir luchando para conseguir derechos y protegerlos.
De los dos lados del Atlántico, estamos todo-a-s en el mismo barco!
Alexane & Jeanne
Hace dos meses que vivimos en San Miguel de Tucumán. Venimos para estudiar, pero también para entender los conflictos sociales de la sociedad argentina. Y no pensábamos que la situación de las mujeres en el país era tan arcaica. Estábamos muy lejos de imaginarnos que un día en nuestra vida, en el siglo XXI, podríamos luchar para la legalización del aborto…
Ahora, nos damos cuenta que considerar Argentina como un país “desarrollado” es hacer un atajo demagógico. Nos damos cuenta que el discurso político argentino sobre la situación actual de Argentina es una sarta de embustes, para hacer creer al mundo que es un buen alumno del sistema capitalista. La verdad es que Argentina es desarrollada, pero solamente para los dominantes. Pero por la mayor parte de la población, la vida cotidiana parece a una vida de los países del Tercer Mundo… Parece muy difícil aprovechar de los derechos Humanos básicos sin plata. En particular, los derechos femeninos parecen aun más concernidos por este fenómeno. Las mujeres argentinas y francesas obtuvieron el derecho al voto durante el mismo periodo histórico –después de la Segunda Guerra Mundial. Las mujeres argentinas iban por buen camino, pero la Iglesia Católica y otros reaccionarios de todos tipos, fueron más poderosos que ellas, y lograron bloquear el proceso de emancipación femenina. Del otro lado del Atlántico, las francesas consiguieron la legalización del aborto en 1975. ¡Hace 33 años… la edad de Jesús cuando murió. Entonces, hoy es el año para volver a matar el Jesús pro-vida!
En los años setenta, en Francia, existió una voluntad de feminización de la política, con la creación de nuevos ministerios de la condición femenina y con mujeres en cargo de ministerios claves como el de la salud y de la educación, quedando sin embargo sectores muy “femeninos”. Podríamos pensar que la situación politica argentina actual esta aún mejor que la de Francia hace treinta años, no solo con las distintas ministras al gobierno sino con la presidencia encargada por una mujer. Entonces, porque no pasa nada? La única explicación que tenemos cuando comparamos las dos situaciones seria el papel de la Iglesia católica en la sociedad, en los medios dominantes, y su influencia sobre los procesos de decisión política.
Además, lo que nos sorprende mucho es la ignorancia, o, más bien, la indiferencia que permanece en la opinión pública sobre el tema del aborto. Los medios no cumplen su rol de revelador de las realidades de la sociedad, eligiendo callar algunas verdades como las de los estragos del aborto clandestino. Por mucho que el movimiento femenino exista, que se reúne masivamente cada año, si los medios no comunican sobre sus objetos de lucha, el trabajo de sensibilización quedara difícil.
La situación argentina es tan compleja y paradójica, que sale a lo raro de una falocracia dirigida por una mujer! Así que, obviamente, no es esperando que los poderosos lo decidan que van a cambiar las cosas sino con un activismo femenino cada vez más amplio de las mujeres unidas. Para terminar, queremos precisar que, si el aborto es legalizado en Francia desde 1975, el reino del machismo está lejos de estar quebrado completamente. Los movimientos feministas siguen luchando por una real paridad en la vida cotidiana, y contra la demagogia actual que existe sobre este tema. Hoy en día, Francia sufre de una ola reaccionaria tanto en sus políticas como en la sociedad en general. Nacen distintos movimientos pro-vida que tratan de contestar los derechos ya reconocidos de las mujeres.
Si las situaciones argentina y francesa parecen alejadas, todo-a-s tenemos que seguir luchando para conseguir derechos y protegerlos.
De los dos lados del Atlántico, estamos todo-a-s en el mismo barco!
Alexane & Jeanne
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